La paternidad es un aspecto importante en la identidad masculina y en el desarrollo psicológico de niños y niñas.
Una buena relación con el padre en la niñez genera un mayor compromiso, y su presencia es importante en el desarrollo físico, cognitivo y emocional de sus hijos.
Un padre comprometido puede ayudar a proteger a las infancias de violencia, abuso y explotación, y asegurar su acceso a educación y salud.
Está demostrado que una mayor involucración paterna en la crianza de los hijos rompe los ciclos de violencia perpetuados por creencias y actitudes alrededor de la masculinidad y una tolerancia a la violencia.